TERAPIA FAMILIAR
Se entiende por terapia familiar aquella modalidad de terapia centrada en la familia como objeto de intervención.
La finalidad es fortalecer y dotar de recursos a la familia para que puedan actuar de manera colaborativa, para conseguir disipar disputas y conflictos que puedan tener entre ellos o bien problemas propios de un único individuo.
Una de las principales corrientes y la que está más vinculada a este tipo de terapia es la corriente sistémica. Desde esta perspectiva se concibe a la familia como un sistema, en el que no se pretende modificar directamente la conducta problemática, sino a cambiar las dinámicas familiares y el patrón de que la provocan, facilitan o le dan utilidad o sentido.
Se busca una mejora y potenciación de las relaciones familiares positivas y de la búsqueda de las fortalezas, tanto del sistema como de cada uno de sus componentes.
Dentro de la terapia familiar, el terapeuta tiene un papel particular. Por norma general el profesional ha de permanecer en una posición equidistante entre todos los miembros de la familia presentes en la terapia, sin tomar partido por ninguno de ellos. Ha de procurar que todas las partes puedan dar su opinión y que ésta sea escuchada y valorada por los demás participantes.
De este modo, acompañar a tu familia para resolver situaciones conflictivas y proporcionar un ambiente en el que poder expresar tanto pensamientos como emociones, de manera productiva, puede ayudarte a ti y a los miembros de tu familia a comprenderse mejor y a aprender a hacer frente a desafíos o situaciones para acercaros unos a otros.
Asimismo, ayuda a explorar los roles familiares, las reglas y patrones de comportamiento que se repiten y para identificar problemas que contribuyen al conflicto, y poder proporcionar maneras de resolverlos.
La terapia familiar se ha venido empleando desde sus orígenes para ayudar a solventar diversos tipos de problemáticas. Entre ellas, puede ser útil en cualquier contexto familiar que provoque estrés, dolor, ira o conflicto.